viernes, 5 de diciembre de 2014
CARACTERÍSTICAS DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
1)Capacidad de Movilización.
2)Continuidad de la acción colectiva y del conflicto.
3)Elevada integración simbólica.
4)Escasa o nula división del trabajo.
5)La presencia de objetivos laxos.
Capacidad de Movilización:Es la forma de intervención que define al movimiento social, lo que requiere: 1) un tema o cuestión que vulnera intereses muy concretos, muy visibles, muy sentidos; 2) la ausencia o carencia o insuficiencia de respuesta institucional a ese tema/problema/necesidad; 3) la presencia de un colectivo afectado y otro solidario, de una ideología participativa y/o de un sistema de valores contrapuesto; 4) la aparición y mantenimiento de personas y grupos activos y activistas, más o menos creciente; 5) un sentimiento de membresía, de identidad, de emotividad compartida, colectivizada; y 6) la presencia de una red social y/o mediática que al tiempo que consigue movilizar también persigue la identificación, la comunicación, la perpetuación…
Cierta continuidad: Es lo que le diferencia de los grupos espontáneos y le acerca a las asociaciones, organizaciones e instituciones. La continuidad se deriva de la aparición de unas metas muy amplias y de la capacidad de movilización. Sólo las actividades continuas reflejan que un movimiento social aún se mueve. En un extremo, el inmediatismo, es decir, la mera acción espontánea en torno a un tema muy específico, y, en el otro extremo, la institucionalización, o sea, el recurso a actividades formales, suponen la desmovilización y, por tanto, la muerte del movimiento social.
Elevada integración simbólica: El grupo que se constituye como movimiento social se caracteriza por un alto sentimiento de membresía, de la distinción entre nosotros y ellos, entre quienes están a favor y quienes están en contra. Esa conciencia de pertenencia común se desarrolla y se manifiesta a través de la interacción cotidiana, con la acción, con la aparición y desarrollo de nuevos registros culturales, hábitos, palabras, gestos, símbolos, formas de vestir y de expresarse, modales, lenguaje, etcétera. En este sentido se asemejan a las tribus, a las bandas, a los forofos de un equipo, a los fans, e incluso a instituciones tradicionales (iglesias, ejércitos), etcétera.
Escasa o nula división del trabajo: A diferencia de las organizaciones formales, los movimientos sociales muestran poca diferenciación de las tareas. Hay diversidad de formas de participación e implicación debido al carácter informal del vínculo, pero su procedimiento asambleario, participativo, evita la burocratización. Ciertamente, con el crecimiento de miembros y activistas y simpatizantes, así como con el aumento de las demandas/necesidades y de logros, se va haciendo más complejo el movimiento social, surgiendo así cierta división de las tareas y, por tanto, cierta distribución interna del poder, fenómeno nada desdeñable para el analista, pero esa institucionalización constituiría la muerte del movimiento social.
La presencia de objetivos laxos: Por un lado, un movimiento social se circunscribe a unas metas concretas. Pero, por otro lado, su finalidad es el cambio estructural e incluso personal. La articulación de la inmediatez (logros inmediatos) y del cambio global (si no de toda la estructura al menos de elementos cruciales de ella) caracteriza a los movimientos sociales, aunque también supone una tipología de ellos, entre ellos.
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